¿Qué es el acero galvanizado? ¿Se oxida?

El óxido o la corrosión, son conocidos como el mayor enemigo de los metales dentro del mundo de la construcción. Se trata de un conjunto de alteraciones físicas y químicas que vienen desencadenadas por determinados agentes naturales, y cuyo fin, no es otro que volver el hierro a su estado natural, el óxido de hierro.

Por desgracia, este proceso natural perjudica las propiedades mecánicas de los metales además de transformarlos físicamente. Llegando, en muchas ocasiones a causar daños irreversibles, donde la única solución es sustituir la pieza o el elemento metálico.

Acero galvanizado

La “galvanización” es un proceso que se utiliza para proteger el acero contra la corrosión, a través de una amplia variedad de métodos , que lo cubren con una o varias capas muy finas de Zinc.

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Métodos de galvanización del acero

  • Galvanización en caliente: Se lleva a cabo sumergiendo piezas terminadas de acero o de hierro en un crisol de zinc fundido a 450 °C.
  • Electro galvanizado: un proceso realizado en frío, recubriendo materiales de acero con una fina capa de zinc de forma electrolítica. Manteniendo espesores de la capa de zinc entre 8 y 12 micras.
  • Galvanizado en frío: aquí se engloban todas aquellas aplicaciones superficiales de una capa de zinc a través de elementos mecánicos como pueden ser una pistola, una brocha, o un rodillo. Evidentemente, es la forma de galvanizado que ofrece una menor resistencia al paso del tiempo y a la corrosión, y suele mantener un espesor mínimo de 100 micrones.

Ventajas de la Galvanización

La galvanización es una solución mucho más económica que otro tipo de aleaciones que se utilizan para proteger el acero, como el acero inoxidable, y por esta razón su uso es bastante amplio en el sector industrial. Aun así, los beneficios de la galvanización del acero no se limitan a la protección contra la corrosión. Lo cierto, es que es un proceso que aporta muchos beneficios al acero:

  • Endurece su superficie haciéndolo más resistente a rajaduras, y brindándole más durabilidad.
  • Lo dota de resistencia al calor.
  • Hace que el acabado sea más longevo, pudiendo durar hasta 70 años, por lo tanto mejora la rentabilidad al obrar por un material de estas características.
  • La relación entre beneficios y coste es prácticamente inmejorable, cualquiera sea la técnica utilizada para galvanizar el acero.
  • Es muy versátiles, al limpiarse muy fácilmente y admitir casi cualquier tipo de pintura.

Oxidación del acero galvanizado

A pesar de todo esto, el Zinc no deja de ser un metal, y es un hecho que esta aleación de zinc se oxida. Las ventajas residen en que no todos los metales se oxidan de la misma manera. Por ejemplo, el óxido del acero crea desprendimiento de material dejándolo descubierto, generando más óxido y un aumento en el volumen del material, pero sacrificando su resistencia mecánica.

Por otro lado, otros tipos de oxidación, como la del Zinc (material usado para la galvanización), son mucho más lentas y menos agresivas. De hecho en este caso, el óxido se queda pegado creando una capa que protege las capas inferiores; de la misma manera que sucede con el cobre, el aluminio y el acero corten. Es por esto, que aunque un acero galvanizado puede llegar a oxidarse, es mucho más duradero cuando está recubierto por una capa de Zinc.

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